miércoles, 27 de julio de 2011

Hoy fui a la psicóloga, después de tantos meces de posponerlo y negarlo.
El panorama no fue nada alentador...ni esperaba que lo fuera. Tendría que ir dos veces por semana y llamar a una psicopedagoga (tal como imagine).
No creo hacer ninguna de las dos cosas.


Cuando volvia para casa, me tome unos minutos en la plaza para llorar tranquila...era temprano y no había nadie. Creo que ese panorama fue menos alentador todabía. No me gusta llorar en la calle/colectivos. Lo odio, me hace sentir una estúpida. Pero esta ves no pude tolerar la angustia.
De la nada, salió un chico con una flor y me la dejo en las piernas

"No tendria que haber motivos para que una chica tan linda llorara...pero el mundo es muy injusto".
Y se fue...

Y tenía tanta razón...él no se dio cuenta, pero me dijo la verdad más cruda del mundo. El mundo no es justo, con nadie. Y yo le tengo miedo a eso y a todo...
De ese chico solo voy a recordar lo blancas que eran sus manos.

-A mi me parece que lo verdaderamente temible en esta vida no es el pánico en sí mismo. -dijo el hombre unos instantes después-. El miedo existe. Eso es indudable. Se nos muestra bajo distintas formas y, a veces, domina nuestras vidas. Pero lo más temible de todo es dar la espalda a ese miedo y cerrar los ojos. Actuando de esta manera acabamos cedíendole a algo lo más valioso que hay en nuestro interior. En mi caso..., ese algo fue una ola.

En mi caso fue una mujer, una persona, un minuto, un día...una vida...

Me pregunto que me diría Murakami en un día como hoy...Tendría tantas respuestas...o tantos cilencios para mi.

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